La respuesta a nuestros problemas.
Sería magnifico que tuvieramos una salida a los problemas que aquejan a los millones de mexicanos, guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y demás pueblos gemelos que sufren el decaimiento de su calidad de vida por culpa del sistema occidental. Por casi 500 años nos hemos arrastrado entre el lodazal de la pobreza y marginación, nos extraviamos en el hambre de la incultura y desigualdad, nos doblegamos entre el dolor de las penurias y las preocupaciones de la vida diaria. Nosotros, los hombres de maiz, aquel pueblo de poetas de antaño, hoy, vagamos en un mar furioso de mentiras que confunde nuestro lugar en el mundo. Siete mil años, nuestros enteramente, han tratado de ser borrados por aquellos que vinieron allende del mar en caballos y brillante armadura. Y aún hoy lo continuan haciendo, destrozando hasta la última pizca de pretérito resplandor. ¡Destrozando al Anahuac! El invasor hoy continua con tiranica tradición extendiendo sus tentaculos por todos los medios posibles para perjudicarnos solo por su propio beneficio personal.
Nos han hecho creer que nos independizamos de España, de Europa y sus sanguinarias formas de gobernar. La falsedad de la independencia es comprobada al ver como en la actualidad el occidentalismo y el eurocentrismo esta latente, y expandiendose, carcomiendo nuestros hermosos valores e historia. Los gobiernos actuales y los sistemas politico-sociales de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Belize son los principales propulsores del occidentalismo que tanto nos esta destruyendo. Sus partidos politicos provienen de ideologias europeas, emanadas para satisfacer a los europeos, tales como el capitalismo y el comunismo, la derecha y la izquierda. Pero nunca se han tomado la molestia de mirar en nuestro legado politico indigena de siete mil años en el Anahuac. La izquierda y la derecha nos esta destruyendo, nos aplasta con sus extraños pensamientos que al aplicarlos en nuestro pueblo, el pueblo de maiz, produce efectos perniciosos. Tales efectos son muchos y variados, que se sintetizan en pobreza, y dicha pobreza cuasa inestabilidad socio-economica, tambien llamada criminalidad, y a la larga la criminalidad en todas sus facetas destruira a ese sistema / pais. El sistema que gobierna a Mexico y Centroamerica, impuesto por los españoles al invadir durante el Holocausto de la Conquista, es insostenible, pues no es un sistema nativo sino importado. Y al ser traido de Europa no congenia con la gente a la que se aplica, pues mas del 90% son indigenas, que siempre responderan a sus primeros instintos, a aquellos hermosos legados de los Viejos Abuelos. Al no enbonar esos instintos con las formas europeas, se da un choque sociologico destructivo.
Parte de la confusión en la que vivimos, y en la que es dificil dicernir cual es la respuesta a nuestros problemas, esa buscada respuesta totalitarista, es que no sabemos quienes somos. De ninguna manera podremos encontrar, si quiera comprender, cual es la respuesta a todos esos problemas que nos agobian a nosotros los anahuacas, si no nos conocemos, si no sabemos de donde venimos. ¡Pues cuando alguien sabe de donde viene tiene idea a donde va! Y la mayoria de la poblacion no tiene memoria de su pasado o de su verdadera identidad como ciudadano planetario. Y esto es fundamental para sacar la respuesta que buscamos.
Nosotros somos indigenas, somos los dignos descendientes de aquellas grandes naciones que alguna vez tapizaron nuestros valles, montañas, selvas, bosques y lagos. Por nuestras venas fluye la preciosa sangre de los primeros del Anahuac, los olmecas. También poseemos sangre de los mayas, teotihuacanos (otomí), zapotecas, mixtecas, purépechas, totonacas y nahuatlacos. A traves de milenios, a traves de baktunes, nos desarrollamos en ejemplares sociedades limpias, valerosas, honorables y dedicadas a los fines más altos. Con bellos templos altos para tocar los cielos, grandes palacios para gobernantes que nos cuidaban y amaban como los padres cuidan a sus hijos, y un comportamiento humilde pero honroso, con un pensamiento activo y filosofico. ¡Una sociedad donde el crimen, la vagabunez y la pobreza no existían! ¡Pues el sistema funcionaba!
Un sistema que después sería envidiado por los piratas españoles que pisotearon nuestra civilización, llamandola salvaje e idolatra para justificar sus crimenes ante las cortes europeas, inventando que teníamos muchos dioses y que sacrificabamos gente. Cuando el primer sacrificio realizado en nuestra ilustre Anahuac fué cuando Malinalli (la Malinche), de nuestra propia sangre morena, entregó a los barbaros europeos "en cuerpo y alma" el destino fatídico de nuestra tierra, de nuestro continente de Ixachillan. No contentos con destruir nuestros templos y bibliotecas, y tras quemas nuestras casas, nos impusieron sus decadentes costumbres sociales, politicas y economicas. Con el pasar del tiempo, habían destruido todo, pero nunca pudieron desaparecer nuestra orgullosa sangre solar. Como les era fisica y geneticamente imposible, recurrieron a las mentiras, declarandonos a esa mayoria de anahuacas que viviamos en las ciudades como mestizos, y uno que otro campesino no tan moreno también era llamado ahora mestizo. ¡Pues era imposible que los indigenas fueramos tan inteligentes, educados y civilizados! Esto pensaban los ruines españoles. Tal parecía que si un blanco y una indigena tenían un hijo, ese hijo saldría más blanquito que indigena, lavandose así la sangre "sucia" con el mestizaje y el pasar de las generaciones. ¡Vaya genoma politicamente conveniente!
Sabiendo que somos indigenas, nican tlaca, la gente de aquí, de este nuestro Viejo Mundo, del glorioso Anahuac, orgullosos descendientes de los Viejos Abuelos, entonces podemos proceder a encontrar la respuesta a nuestros problemas. La respuesta es simple, pero a la vez la más complicada para la gente que esta muy conectada con este mundo moderno de hoy en día. He aquí, anahuaca, la respuesta totalitarista para mejorar nuestra sociedad:
Esa es la respuesta. La solución yace en regresar a nuestro pasado, asimilarlo, pués nuestro futuro depende de él. Saldremos victoriosos de nuestro obscurantismo que ha nublado nuestra visión, en donde hemos vagado, tropezandonos. Pero la noche termina, se alumbra los primeros rayos del sol elevandose sobre nuestras conciencias. La vigorosa antorcha del pasado iluminará hoy el sendero hacía nuestro bondadoso futuro.