jueves, junio 30, 2005

CUITLAHUAC, 485 años de su triunfo sobre los invasores.

Batalla de Cuitlahuac

Hoy, 485º aniversario de la NOCHE VICTORIOSA, estupidamente llamada Noche Triste.

Este Junio 30 se cumplen 485 años de la victoria militar de Cuitlahuac sobre los españoles y aliados. Esa histórica fecha es recordada erróneamente como la Noche Triste, cuando en verdad fue la Noche de la Victoria para los defensores de la cultura nuestra. Una efemeride no recordada por la historiografía foxista.

Cuando arribaron los españoles de la nación de Tlaxcállan a la ciudad de Mexíko Tenochtítlan, el gobernante de los mexíca Motecuhzoma II Xocoyotzin (Moctezuma II el Joven) dio ordenes a las demás ciudades a dar entrada pacifica a los extranjeros. Cuitlahuac (Alga Acuática), gobernante de Iztapalápan y hermano de Motecuhzoma II, protestó dando la casi profética advertencia de que tal acción sería un terrible error.

Cuitlahuac no fue escuchado, y fue forzadoa a recibirlos por Iztapalapa. Así la entrada les fue concedida a Hernán Cortés y sus tropas, y fueron alojados en el Palacio de Axayacatl. Al principio los españoles fueron respetuosos de la forma de vida del mexicatl, pero después empezaron criticando a la religión y forma de vida. Los nobles de distintos puntos de la nación mexicatl y de la Triple Alianza (Mexíko – Tetzcóco – Tlacópan) comenzaron a sospechar de las verdaderas intenciones de los extranjeros, y muchos empezaron a llamar por su salida. Y aunque Motecuhzoma protegía y daba regalos suntuosos a los españoles, Cortés pensó que al estar en medio de una ciudad tan populosa y guerrera como la mexicatl debían tomar cartas en el asunto.

Su solución fue la de secuestrar al mismísimo tlahtoani Motecuhzoma II, y llevarlo consigo al Palacio de Axayacatl. Se dice que cuando el gobernante entró a su prisión, todo el pueblo lloraba desconsoladamente. Después de la muerte de Quauhpopoca, muchos nobles estaban furiosos, así que Cacamatzin, el gobernante de Acolhuacan, convenció a su congreso de Tetzcoco sobre hacer la guerra contra los españoles para liberar a los mexica diciendo:

“Es tiempo de combatir por nuestra religión, nuestra patria, nuestra libertad y nuestro honor”.

Pero Cortés se entero de los preparativos bélicos, y mandó capturar a Cacamatzin, teniendo así a los dos gobernantes más poderosos del continente en su poder.
Cortés siguió capturando nobles y personajes importantes. Pero Cortés salió de la ciudad hacía Veracruz, ya que el gobernador de Cuba ordenó a Pánfilo Narváez arrestar a Hernán Cortés por ir contra las ordenes de España.

Sin Cortés, los españoles harían una de las más viles masacres hechas en la historia de la humanidad. Mientras que los mexica pacifica y alegremente celebraban la fiesta del Toxcatl en honor a Huitzolopochtli, el sanguinario Alvarado ordenó el ataque a los indefensos mexica. Mujeres, niños, ancianos, hombres, todos bailaban al son de la música. Desarmados, nuestros ancestros nunca se imaginaron que los tomarían desprevenidos. Los hispanos, con espada de hierro en mano, dieron contra nuestros queridos ancestros. Niños y grandes caían. La sangre salpicaba por todos lados. Los brazos y cabezas caían. Las pobres madres, con grande dificultad trataban de sacar a sus hijos, tropezandose con sus propios intestinos. Los barbáricos hispanos continuaron la masacre. Las espadas abrían los vientres, despedazaban. El genocidio nunca será perdonado a los españoles caras de zapatillas. Los supervivientes corrían, urgentemente, hacía la Casa de los Dardos, donde guardaban las armas y utencilios militares. Para justificar la masacre del Toxcatl, España inventó el que nosotros hayamos tenido sacrificios. Cosa falsa.

El pueblo enfurecido se alzo contra los españoles, los cuales se resguardaban tras las paredes del Palacio de Axayacatl. Al regresar Cortés, reprendió con tal enojo a Alvarado que casi le quita la vida. Pero como lo necesitaba para defenderse de la multitud mexicatl, le perdonó la vida.

El sitio del Palacio de Axayacatl da inicio.

Los mexica comenzaron a lanzar flechas, dardos y piedras con rumbo a los españoles. Esto duró varios días hasta que un día Hernán Cortés forzó a Motecuhzoma II a calmar a su pueblo. Pero el propio Motecuhzoma le explicó al hispano que cuando un gobernante fallaba ante su gente y ante su nación, es como si ya hubiese muerto, y harían caso omiso a sus ordenes. Aún así Cortés lo sube a la azotea del palacio de Axayacatl. Motecuhzoma II, quien fuera un poderoso hombre, ahora era callado e insultado por su pueblo, por haberle fallado. Ya no le sentían respeto, ya que Motecuhzoma se había subordinado oficialmente a los reyes europeos y enardecidos volvieron a atacar. Motecuhzoma recibió tres heridas, una en la cabeza, otra en el brazo y una tercera en la pierna, pero ninguna mortal.

Por varios días, los españoles y sus aliados trataron de escapar de la ciudad de Mexíko, pero las arduas batallas no lo permitían. Se hicieron muchos intentos de derrumbar las paredes del Palacio de Axayacatl, pero nunca se pudo penetrar a la guarida española.

Con el tiempo los alimentos se agotaron dentro de la guarida hispana. Al no haber quien controlara el mercado, el tianquiztli, los alimentos de los españoles comenzaron a disminuir, así que Cortés demandó a Motecuhzoma II restaurar el mercado, pero este le dijo que el único que podía hacerlo era su hermano Cuitlahuac. Obviamente una vez liberado, Cuitlahuac no restauró el mercado más grande de Anahuac, y supervisó la rebelión que había sido iniciada por un joven valiente de nombre Cuauhtémoc. Concentróse en juntar tropas y gente para atacar a Cortés. Su liderato era natural, además que era el de mayor rango y prestigio entre los rebeldes en las calles.

Lo que verdaderamente afectó a los españoles fue la falta de alimentos y productos del mercado. Mientras Motecuhzoma II y sus hijos continuaban presos, Cuitlahuac fue nombrado general supremo de los mexica y pidió apoyo militar a otras naciones.

Después, a traves de una tactica, nuestros ancestros indígenas simularon pactar platicas de paz, a cambio de la liberación del alto sacerdote Quetzalcoatl. El Quetzalcoatl fué liberado, mas este fue quien nombró, en una ágil ceremonia nada pomposa, a Cuitlahuac en su ascención como tlahtoani tlacatecuhtli de los mexíca. Una vez nombrado al nuevo tlahtoani, se reanudó el ataque.
Sitio del Palacio de Axayacatl

Los días transcurrían, y la desesperación de Cortés era gigantesca. El 27 de Junio manda construir dos tanques de madera, los cuales los cubrirían de los ataques de las azoteas y templos, e intenar así huir hacía tierra firme. Mientras se construían, Cortés ordena a Motecuhzoma llamar a la paz. Salieron a la azotea del palacio de Axayacatl, donde la turba enfurecida no escuchaba las palabras de afligido Motecuzhoma. Así reanudo el ataque, tres pedradas dieron en Motecuhzoma, y mientras lo iban metiendo herido, Cortés y otros españoles lo apuñalan, asesinandolo, pues ya no les servía de nada. La batalla continuo al día siguiente, 28 de Junio, cuando salieron los españoles de la guarida con todo y sus tanques de madera. Pero estos tanques fueron rápidamente hechos pedazos por los guerreros mexica. Al ver su total fracaso, los cristianos retornan a su pusilanime guarida.

El 29 y 30 de Junio, Hernán Cortés intentó tomar las calles y canales hacía la calzada a Tlacopan, pero siempre fallaba. Intentó quemar las casas alrededor del palacio de Axayacatl, pero tampoco surtió efecto, pues la avanzada planeación urbana de los mexícas era a prueba de incendios. Lo que más hacía mella la mente de Cortés y en sus hombres y aliados, era que en cualquier momento Cuitláhuac destruiría la carretera a Tlacopan, el único acceso a tierra firme que quedaba tras la rebelión iniciada por Cuauhtémoc. Con la calzada destruida, sería el fin para ellos. Al ser la ciudad de Mexíco Tenochtítlan una isla, la única vía era hacía Tlacopan, capital de Atzcapotzalco.

La Batalla de la Noche Victoriosa.

Al no tener solución, Cortés tenía dos opciones, seguir resistiendo hasta morir, o escapar de noche. Un joven español de apellido Botello, aficionado a la astrología, recomendó salir de noche. Los soldados apoyaron la idea de Botello, no querían esperar hasta el amanecer. Al tener buena reputación con sus compañeros, Cortés ordenó salir durante la noche del 30 de Junio para ser 1ero de Julio, ya que pensó todos los mexícas estarían dormidos.

La legendaria noche del 30 de Junio de 1520, salieron los españoles del Palacio de Axayacatl. Dejaron el cuerpo muerto de Motecuhzoma, el cual habría sido asesinado fríamente por los españoles, ya que este no les serviría mas para su seguridad personal y manejos políticos. El afamado tesoro de Moctezuma, que en verdad ni siquiera era de él, sino de Axayacatl, fué cargado en siete caballos heridos o cojos, una yegua, y ochenta tamemes tlaxcaltecas. Al sobrar todavía mucho oro y pedrería, autentificado ante un escribano les fue dado el oro a los soldados españoles. Ante todo, la avaricia.

Las tropas de Cortés cruzaron la metrópolis de Mexíko Tenochtítlan intentando llegar a la calzada de Tlacopan en medio de una tenue lluvia, que hizo fácil que las pisadas de los caballos se atenuaran.

Una vez que habían cruzado Coatepantli, una anciana los vió y lanzó gritos avisando a los sacerdotes y centinelas. Los sacerdotes subieron a sus templos e hicieron sonar los caracoles. Después todos los gigantescos tambores de la guerra se hicieron sonar, lanzando fuertes sonidos que harían temblar al más valiente. El llamado a la guerra se escuchó por todos los rincones. En seguida se escuchó un ensordecedor ruido, eran las fuerzas mexícas y tlatelolcas, al mando de Cuitlahuac, que en un abrir y cerrar de ojos aparecieron rodeando a los cristianos y sus amigos tlaxcaltecas.

Los españoles continuaron literalmente corriendo por la calzada de Tlacopan, cruzaron varios puentes seguramente. Y llegaron a la primer cortadura, la de Tecpantzinco o Mariscala. La razón de esto era porque mas de la mitad de las calles en Tenochtítlan eran canales, los cuales atravesaban calzadas y avenidas, por donde se quitaban y ponian puentes. Al no haber puente ahí, Cortés traía uno propio cargado por cuarenta hombres. Los combates comenzaron en el lugar llamado Mictlantonco. Ya para ese entonces la vanguardia había cruzado el puente de Tecpantzinco, pero todo el ejército estaba bajo fuerte ataque mexíca, por tierra y por agua. El ejército por canoas a lo largo de la calzada atacaban a Cortés. Comenzó así el desastre para los españoles, cuando el puente se rompió, muchos cayeron al lago, otros capturados, pero la retaguardia quedó atrapada en la isla, un tercio del ejército invasor obviamente destruido en cuestión de minutos de haber iniciado la batalla.

Cortés cae en una ciénega pantanosa, donde varios mexícas lo capturan. A su ayuda fué el capitán tlaxcalteca Temoxahuitzin, quien con sus hombres se enfrentaron a los mexícas. Llega Antonio de Quiñones, quien lo jala del brazo, para sacarlo del combate. Llega un jinete a caballo para el socorro, pero cae muerto, y en cuyo caballo suben a Cortés.

Llegaron los españoles al segundo canal, el de Tolteocali o San Hipólito. Entre la sangrienta lluvia de dardos y flechas, los caballos y españoles caían en decenas a dicho canal. Sus armaduras los hundían, el oro también y mientras caían los muertos, de un lado y otro, los cadaveres rellenaron el canal, por donde los supervivientes continuaban su vergonzosa huida. Pisando a sus compañeros de armas, corrieron por la calzada, cada vez mas cerca de Atzcapotzalco. En el último canal, el conocídisimo canal de los Tolteca o puente de Alvarado, fué donde nuestros ancestros concentraron el ataque contra los cristianos españoles. Cientos de canoas rodearon el canal. Ya los españoles no peleaban, solo se cubrian al azar. Con el empuje que traían los de atras, los españoles y tlaxcaltecas cayeron en grandes numeros en el canal de los tolteca. Los muertos caían, formandose otro puente cadavérico. Cruzó Cortés con sus hombres, llevando a Malintzin. Unos españoles corrieron hacía su capitán, y le rogaron que no siguiesen huyendo, pues dejaban a sus compañeros moribundos. Al voltear Cortés, y retroceder unos metros, se dá cuenta que Pedro de Alvarado corriá atras, a lo lejos, con tan solo cuatro de sus doscientos peones. Fué desde aquí que a Hernán Cortés se le saltaron las lágrimas de los ojos.

Acongojado, y entre sollozos Cortés siguió corriendo. Una vez lejos de las fuerzas acuaticas mexícas, y ya en Atzcapotzalco, los buitres occidentales y sus amigos se detuvieron en el paraje de Popotla. Ahí Hernán Cortes se arrojó sobre una piedra al pié de un ahuehuetl y lloró desconsoladamente su humillación. Perdió tres dedos, amigos entrañables y a todo su ejército. El precio de su vanidad y soberbia codicia.

Noche triste para ellos... los invasores.
¡¡NOCHE VICTORIOSA para nosotros!!

A pesar de que los mexica continuaron persiguiéndolos hasta amanecer, el fuerte del ejercito se quedó ya que al día siguiente habían descubierto los cadáveres de Motecuhzoma y muchos nobles dentro de la que había sido la guarida española.

En toda la historia expansionista europea, esta lucha victoriosa de Cuitlahuac contra Cortés es la peor derrota jamás sufrida. Nadie, ni los sovieticos, ni los incas, ni los moros, ni los arabes, ni los turcos, obtuvieron tan grande triunfo sobre occidente, avergonzando a los engreídos derrotados. Cuentan que los españoles vieron en los soldados de Cuitláhuac tanta fiereza y ánimos guerreros, que decían ellos, solo con 300 Hectores y 300 Rolandos derrotarían a Cuitláhuac. Y esto lo decían hombre veteranos de las guerras italianas, las más sangrientas vividas en tiempos del sacro emperador romano germánico Carlos V.

Recordemos el gran acto heroico de Cuitláhuac,
defensor de nuestra patria indigena,
la única y verdadera, la bella Anahuac.

¡Aprendamos del ejemplo de Cuitláhuac
para defender lo nuestro y no lo impuesto!


Recordemos a Cuitlahuac, Quauhpopoca, Cuauhtemoc, Cacamatzin, heroes nuestros, cuya sangre tenemos. Sin ver a curitas españoles o a vandalos revolucionarios, nuestros gloriosos heroes nos enseñan grandes valores. Con la fiereza de Cuitlahuac, el ingenio de Cuauhtemoc, el sacrificio de Quauhpopoca, y la lógica de Cacamatzin tenemos para proteger con escudo y maquahuitl en son de combate nuestra cultura verdadera, la indigena, de las nocivas imposiciones europeas materialistas. ¿O acaso creías que los mariachis y la charrería era muy de mexicanos? ¿Acaso creíste las patrañas que nos independizamos? ¿Que opinas de que los "intelectuales" de tercera y grandes eminencas universitarias siguen llamando a la victoria de Cuitlahuac como Noche Triste? Piensa de nuevo, escudriña, abre tu corazón a la energía de nuestros ancestros, y conoceras la verdad.

¡¡Gloria eterna a Cuitlahuac!!
La patria es primero .:::. Anahuac es primero.